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REVIEW: EMILY IN PARIS

De la mano del creador de Sex and the City, Darren Star, el nuevo lanzamiento de Netflix nos cuenta la historia de una chica estadounidense que por azares del destino se muda a París para trabajar en una agencia de marketing. Sin conocer a nadie y sin hablar francés, Emily Cooper encarnada por Lily Collins, se enfrenta a nuevos desafíos, aventuras y romances mientras descubre qué tan lejos puede llegar su vida laboral.
La serie muestra al cien por ciento cómo es salir de tu zona de confort. Si bien el objetivo principal de la protagonista es llevar el punto de vista estadounidense a una venerable empresa de marketing francesa, el choque de culturas hace que las relaciones personales y profesionales se vean afectadas. Sin mencionar el gran problema que supone estar en un país y no saber hablar su idioma.

Vale destacar que Emily in Paris no es Sex and the City, puede que tenga toda la frivolidad y el capitalismo de su predecesor, pero nada de su corazón. Podría considerarse más una especie de The devil wears Prada para millennials. Una serie que encanta gracias a sus locaciones, una protagonista fuerte y sofisticada, personajes entretenidos… y un ritmo bastante rápido.
Esta es una serie que habla de moda, comida deliciosa hecha en París, lo increíble que es vivir en otro país y poder encontrar cosas nuevas en uno mismo, amistad, drama, sexo, libertad, trabajo y obvio, amor. Sin embargo, las críticas francesas no están muy contentas con este resultado, debido a que la serie cuenta con muchos estereotipos de los parisinos, dejando bastante “mal parada” su cultura actual.
Lo cierto es que la historia no tiene nada de nuevo (algo que, en lo personal, no me molestó en lo absoluto) como lo mencionó la misma Lily Collins, el objetivo de esta serie nunca fue crear algo “revolucionario”, sino más bien elevar los ánimos en estos tiempos difíciles y divertir a los espectadores con las ocurrencias de Emily, mientras descubren y viajan junto a ella, a los lugares más emblemáticos de París, algo que por el momento (debido a la pandemia), no es tan sencillo que digamos.
La ficción cuenta con un elenco preciso, en el que cada personaje hace su aporte a la trama, siendo bastante llamativos y entregando principalmente cuotas de comedia y sarcasmo a la serie. Por su parte, Lily Collins se apodera por completo del papel, generando una conexión genuina con el espectador.
En general hubo críticas variadas en cuanto a esta serie, muchas negativas en torno al cliché de su trama, pero desde mi punto de vista no es más que una serie para pasar un buen rato. El tipo de serie que uno busca ver cuando quiere desconectarse del mundo, relajarse y pasar un buen momento, porque como diría mi compañero de blog “No siempre uno está para ver tramas súper complicadas con múltiples usos del tiempo”.
Por lo tanto, “Emily in París” es una serie ideal para distraerse en estos tiempos tan abrumantes. Una experiencia que nos permite -y nos invita a- visitar los barrios más bonitos de la capital francesa, sus calles, restaurantes, parques y más. Una serie ligera de ver y si necesitas relajarte sin usar demasiado tus habilidades cognitivas, te la recomiendo.


-Escrito por: Carla M. Vallejos (@kurca)



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