ALERTA SPOILERS
Carrie,
de Brian de Palma, fue la primera adaptación cinematográfica de un libro de
Stephen King y ha quedado inmortalizada como una de las mejores películas de
horror de todos los tiempos. Aunque si bien hay una sola escena de horror, esta
es “la escena”, la cual se ha convertido en todo un ícono del cine. Y por más
que sepas el final, la película tiene mucho más para ofrecer porque trata un
conjunto de temas referidos a la sexualidad, el fanatismo religioso, el
bullying, el tabú, el cuerpo de la mujer, entre otros, y hasta podríamos entrar
en infinidades de análisis.
La
película se basa en la historia de nuestra protagonista, la cual obviamente
lleva el mismo nombre. Carrie White es una estudiante de
16 años que no tiene amigos y es objeto de burlas por parte de sus compañeros
de clase, además convive con su madre, una fanática religiosa que todo el
tiempo le advierte que no debe acercarse a los chicos porque son “la
manifestación del demonio”. Y por si esto fuera poco, Carrie desarrollará a lo
largo de la película el poder de la telequinesis, como si la crisis de la
adolescencia ya no fuera suficiente.
En
síntesis, los hechos se desencadenan cuando Carrietiene su primera
menstruación, más precisamente cuando se está duchando luego de la clase de
gimnasia en pleno establecimiento educativo. Pero lo que en realidad le ocurría
a Carrie era que ella no tenía idea de lo que significaba menstruar y en verdad
creía que se estaba muriendo o que tenía una herida, por lo que corre
desesperada en busca de ayuda, lo que desencadena una oleada de burlas y
humillaciones por parte de sus compañeras de clase. Esta es la primera escena,
y quizás es en la que más me detengo siempre, el hecho de que veamos el cuerpo
de la mujer completamente desnudo y sangrando no es mera coincidencia, debido a
que el film intenta a su manera quitarle el tabú a la menstruación y
naturalizar el cuerpo de la mujer con los distintos planos y constantes
desnudos que hoy en día podrían hasta parecernos un tanto excesivos, pero se
debe en parte a que la película desarrolla el tema de la sexualidad a lo largo
de la misma.
Actualmente
vemos esa escena y pensamos en cómo se refleja la falta de educación sexual,
pero no solo en la falta de información por parte de Carrie sino también en la
manera de reaccionar de sus compañeras, como si ellas no menstruaran también
una vez al mes, y ni hablar de la inoperancia de los profesores a la hora de
afrontar la situación. El asombro del director, a quién se le hacía difícil
creer que Carrie no supiera lo que es menstruar, ya que “era difícil creer que
en esa época y en ese grado de estudio no lo supiera” asignándole toda la
responsabilidad de saberlo a la misma Carrie, siendo que obviamente en su casa
no tenía educación sexual si su madre creía que la menstruación era símbolo
inequívoco de la represión y la culpa cristiana, esa sangre que presagia tiempos impíos, entonces ¿dónde
debería aprenderla? Exacto, en la escuela.
Este
acontecimiento en particular con todos sus matices tal como los analizo desde
mi punto de vista determina todos los sucesos que se irán desencadenando a lo
largo de la película, digo, si la situación se hubiera tratado de otra forma,
quizás la mínima decisión hubiera cambiado rotundamente el desenlace de la historia.
Esta
adaptación de 1976, dirigida por Brian de Palma destaca de las demás
adaptaciones, por el hecho de que logra captar la esencia del libro, sus
locaciones, su escenografía, su estética, sus luces, nos transporta al mundo de
King de lleno. Y me detengo en la habitación donde era castigada Carrie, la
misma tenía un Jesucristo que chorreaba sangre y tenía unos ojos demoníacos, el
cual resulta bastante perturbador si encima le agregamos unas luces rojas con
la cara bastante entrada en escena de la actriz, hacen que todo el conjunto
logre poner la piel de gallina al espectador o al menos que le deje algunas
imágenes en el inconsciente. Además, al mantener la misma línea histórica que
el libro, los personajes no nos resultan tan forzados como sí quedaron en la adaptación del 2013 donde intentan darle
ese aire “actual”. Es decir, es mucho más fácil aislar a Carrie del mundo y
dejarla incomunicada con su generación cuando no existen las redes sociales,
por dar un ejemplo.
El
filme refleja bastante los rasgos del cine de la época, por ejemplo la escena
en donde la cámara gira incansablemente alrededor de Tommy y Carrie, nos
transmite la misma sensación que la adolescencia misma, en donde nos marea y se
siente bastante caótico. Y si bien esta
adaptación no contaba con la tecnología de efectos especiales para hacer volar
un auto y una gasolinera entera, sí cuentan con el recurso de la magnífica
actuación que dio SissySpacek, quien hasta fue nominada a mejor actriz en los
Oscars.
Stephen
King se caracteriza por hundirse en las profundidades de nuestro inconsciente
donde habitan nuestras peores pesadillas, y en esta oportunidad se ubica en el
traumático paso de la infancia a la adolescencia junto con sus manifestaciones físicas:
la inevitable mancha roja sobre el pálido cuerpo de Carrie White, con los ojos
azorados absortos en un paisaje demoníaco, bañada en sangre de cerdo sobre el
final, encarna a la perfección “la maldición de Eva”, ese viscoso fluido
carmesí que purga pecados y culpas femeninas ancestrales, pero que ahora se
planta en furiosa rebeldía y ostenta su poder devastador. Una furia que nunca
muere, y una sombría y contundente advertencia de Stephen King ante esa
despiadada forma de la crueldad hoy denominada bullying.
Mi calificación final
para Carrie es de un 9.0
- Escrito por: Carla M. Vallejos (@kurca)