"Eterno resplandor argumenta que el verdadero amor no es dulce y jamás lo será"
Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (Eternal Sunshine of the Spotless Mind) es una película estrenada en el 2004, dirigida por Michel Gondry y protagonizada por Kate Winslet y Jim Carrey. Esta película tiene uno de los títulos más hermosos y se debe a Alexander Pope, uno de los más grandes poetas ingleses. En España, mientras tanto, algún genio del marketing decidió que la poesía podía no ser tan buena para la cartelera y resumió la historia diciendo: ¡Olvídate de mí!
El verso de Pope es sumamente complicado de traducir, y esta misma complejidad acompaña al guión entero que es obra de Charlie Kaufman, de quién se puede esperar cualquier cosa menos algo lineal y predecible.
Pedro Abelardo y las cartas de su amada Eloísa constituyen el eco de una memoria histórica que llega al cine con Joel Barish y Clementine Kruczynski. La historia no es la misma, sino que el poema de Pope que da título al film está inspirado en las palabras que Eloísa dedica a su amado desde el aislamiento y la distancia. Ese eterno resplandor es el de la amada condenada a olvidar y ser olvidada.


La narrativa de la película no es lineal debido a que inicia la mañana siguiente de que Joel ha borrado a Clementine de su memoria y subiste de saltos en el tiempo a lo largo de la relación. A pesar de esta no linealidad en la narrativa, Gondry utiliza una herramienta visual para anclar los sucesos que acaecen en la historia dentro de una cronología que conduce desde la primavera hasta el invierno de su relación. Es decir, el film nos complica comprender el “antes y después” de cada pieza, y nos obliga a ir desmenuzando el ahora. La herramienta visual de la que hablo son los cambios en el color del pelo de Clementine, posibles pistas de la continuidad temporal.

Este film nos muestra las distintas fases por las que pasa una relación, pero lo hace de una forma atípica con un guión alucinante que no necesita contar una historia con la clásica estructura de inicio, desarrollo y desenlace. Sino que somos nosotros los encargados de poder estructurar esta historia para comprender pieza por pieza qué fue lo que los llevó al rompimiento, reviviendo toda la relación a través de los recuerdos de Joel, para que luego poco a poco, se arrepienta de todo y comience a luchar para mantener esas memorias de momentos que alguna vez lo hicieron feliz. Podemos pensar que en ese viaje mental, Joel se da cuenta de las razones que en un comienzo hicieran que se enamorara.
Cerca del final, vemos el momento en que
ambos se conocieron. En este primer encuentro, el cabello de Clementine es
verde, adecuado al brote de una nueva relación llena de posibilidades. Incluso
el nombre del tinte (Green Revolution) implica un cambio abrupto, imponente,
acorde perfectamente a la manera en que Joel percibe a Clementine al momento de
conocerla. Luego, notamos cómo el verde
es remplazado por rojo (Red Menace), símbolo del verano de su amor. Dicho color
es ampliamente asociado con la pasión y la atracción. Resulta llamativo que
este sea el color del cabello de Clementine durante el recuerdo en donde Joel
cae en cuenta de que no desea borrarla de su memoria. Y todos los recuerdos en
los que está presente este color, engloban los instante de mayor felicidad en
la vida de Joel. El otoño de la relación es representado por el cabello
anaranjado (Agent Orange). El otoño representa la transición, el cambio, el
momento en que las hojas caen del árbol. En este estadio es donde la narrativa
de la película nos revela que Joel y Clementine, habían estado en una relación,
ahora fallida. Nos muestran los recuerdos en donde vemos a los personajes
llegar a un estado de cansancio mutuo, donde la falta de comunicación entre
ambos nos anticipa el inevitable desenlace. Con esto llegamos al último
estadio, el cabello azul (Blue Ruin), el cual simboliza el invierno. Para este momento
ambos se han borrado de sus respectivas memorias. Su primer encuentro en la
estación de tren es un reencuentro presagiado por una sutil degradación en el
color de las raíces del cabello de Clementine, en donde se alcanza a ver un
verde que alude a que el invierno no es la muerte de la naturaleza, sino un
periodo de hibernación, cuando la vida espera antes de renacer con la
primavera.

Eterno
resplandor argumenta que el verdadero amor no es dulce y jamás lo será, ni
tampoco es como el cine en general nos lo muestra. El film te pide que
encuentres el valor dentro del sufrimiento, dentro de la imperfección de
nuestra relación, aceptándolo por lo que es en realidad.Michel Gondry le da cuerpo a la mente y sus funciones en este film. Haciendo un perfecto balance entre la ciencia ficción y el romance. Gondry expone a la mente mostrándonos cómo esta trabaja, cómo con un pequeño estímulo visual nos puede llevar a rincones olvidados en un segundo.
Esta obra puede resultar algo confusa por su estética. Gondry juega continuamente con los contrastes visuales y nos lleva de lo onírico a la realidad, de lo real a lo irreal. Durante el largometraje debemos esforzarnos por generar un hilo temporal sobre lo que observamos en la pantalla. Cada contexto, detalle, color, objeto, puede darnos pistas y desenlaces.

En un final emocionante y esperanzador, observamos cómo el amor verdadero vence al tiempo, a la memoria, a los prejuicios y al desgaste propio de la vida en conjunto y actúa como motor vital que logra abrirse paso frente a la adversidad.
Eterno resplandor de una mente sin recuerdos evoca la importancia de los lazos, de la memoria, de los momentos intermitentes que dejan huella y que forman parte de nuestra existencia efímera pero extraordinaria.
-Escrito por: Carla M Vallejos (@kurca)