Corre la década del 2000 en
el distrito escolar de Roslyn, Long Island. Sus habitantes se encuentran
contentos ya que el enorme prestigio que tenía su escuela secundaria atraía un
más que digno nivel de vida al incrementarse el valor de las propiedades de la
zona, movilizando la economía en torno a su localidad. Todo este armónico
presente los vecinos se lo deben a una persona,
el superintendente escolar y ex profesor de literatura de dicho colegio,
Frank Tassone.
Bad Education (2019) es la adaptación cinematográfica
de uno de los casos más resonantes en la historia de la corrupción educativa de
Estados Unidos, en donde el mismo Frank Tassone y su socia Pam son quienes estuvieron
detrás de un elaborado plan de robo sistemático de fondos públicos, cifra que se
acercó a los 20 millones de dólares que fueron a parar de forma ilegítima a sus
bolsillos. La cinta estuvo dirigida por Corey Finley (Thoroughbreds) para el servicio de HBO y protagonizada
por Hugh Jackman en el rol principal; acompañando su papel el reparto cuenta
con actores y actrices de la talla de Allison Janey como la mano derecha de
Frank, Pam Gluckin; y Jay Romano encarnando a uno de los encargados de manejar
los fondos de los contribuyentes de la localidad; entre otros. El guión de Bad Education es obra de uno de sus demandantes: Mike Makowsky,
estudiante de Roslyn cuando Tassone fue arrestado en 2004 por hurto en primer
grado.
La película arranca mostrándonos todas las buenas
acciones que lleva a cabo Frank para con su comunidad y como se encuentra en
constante sintonía con el pueblo y sus necesidades: desde organizar reuniones
de literatura con los vecinos, asesoramiento escolar para alumnos con
dificultades de aprendizaje y el desarrollo de un proyecto
a futuro llamado ‘’Skywalk’’, un proyecto estructural financiado con el dinero
de los contribuyentes que promete ser un nuevo eslabón de prestigio para el
sobresaliente progreso de Roslyn, son algunos de los momentos en los que lo
vemos involucrado en mejorar la vida de los demás.
Todo esto cambia de forma abrupta cuando
un dia normal llega a las oficinas de Frank una estudiante llamada Rachel
(Geraldine Viswanathan), quien exige ver los recibos y documentos que legitiman
la legalidad del ambicioso plan ya que planea
escribir una nota en el periódico escolar del que forma parte como actividad
extracurricular. Rachel se verá envuelta en un intrincado proceso investigativo
mediante el cual irá descubriendo las estafas llevadas a cabo por el
superintendente y su mano derecha. Poco a poco se irán destapando secretos y
fraudes llevados a cabo por los principales líderes del proyecto Skywalk: Frank Tassone y Pam Gluckin. Dichas
irregularidades serán denunciadas, en primera instancia, en el periódico
escolar gracias a la joven estudiante y posteriormente será levantado en varios
diarios de mucho más renombre y alcance como The New York Times, por citar solo uno.
De esta manera quedan planteados el
desarrollo y posterior conflicto de la trama. Los personajes, que tan cercanos
a la comunidad nos parecían, son destruidos argumentalmente y nos dejan ver su
lado más oscuro y corrupto. A partir de este momento, es cuando vemos los
verdaderos puntos fuertes de la película que son justamente las actuaciones. La
dupla ‘’Jackman- Janey’’ es lo mejor de la cinta, mostrándonos un interesante
uso de los contrastes que es,
sencillamente, sobresaliente. El manejo de los tiempos y las idas y
vueltas de los protagonistas hacen que estemos delante de una muy probable
tenida en cuenta en futuros premios, por eso es importante señalar que para la
próxima entrega de los premios Emmys cosecha nominaciones en dos rubros: ‘’Mejor Película para Televisión’’ y ‘’Mejor Actor Protagónico en Serie Corta o
Película’’.
La historia y el peso de la misma cae sobre el
propio Jackman, que entrega una de las mejores performances de su carrera al
encarnar a un carismático líder como Frank, con el que es imposible escapar de
los encantos que nos muestra en la primera media hora de película. Simplemente
su trato hacia los demás nos compra de forma inmediata, por lo que ir
descubriendo su constante uso de la mentira como forma de vida no se
desarrollará únicamente en su carrera política y abarcará hasta sus propias
relaciones sexo- afectivas . Lo verdaderamente interesante de un personaje tan
complejo como Tassone es justamente verlo pasar de un estadío de comportamiento al otro en minutos. El simpático
superintendente destila carisma y calidez, pero dentro suyo se oculta una
personalidad agresiva e inquietantemente calculadora que no dudará en utilizar
para repartir amenazas hacia todo aquel que busque perjudicar su carrera
política. No es el típico antagonista que necesita mostrar poderío físico o
elevar los tonos de voz para causar miedo, basta con un plano a su mirada
perforante y a su siempre apacible postura para provocar miedo a cualquiera
incluso cuando usa su carta de ‘’víctima’’ de forma casi patética. Posee
prestigio y poder, y nadie más que el sabe que es su principal arma
intimidadora.
Este tipo de películas que tienen un anclaje
directo en la realidad me despiertan varios cuestionamientos, pero uno solo
prevalece por sobre los demás y es: ¿Cómo pudo pasar un episodio de semejante
envergadura sin que nadie lo haya notado? ¿Acaso lo notaron pero nadie hizo
nada? La película claramente tiene una postura respecto a
eso y es la de afirmar que nadie, hasta la llegada de Rachel con su nota
periodística o los pasos en falsos dados por Frank y Pam, sabía o tenía algún
tipo de sospechas sobre lo sucedido. Simplemente los dos protagonistas actuaban
de manera impune, engañando a cualquiera que se vea involucrado en el proyecto
(básicamente toda la población de Roslyn). Los únicos que podían hacer algo
desde un inicio para evitar este acto, son los auditores estatales pero desde
temprano nos enteramos que no hacen ningún tipo de seguimiento sobre el
proyecto Skywalk, simplemente no les interesa meterse de lleno en el tema. Entendiendo el concepto
de corrupción del sector público -el que abarca la temática de la película-
como ‘’aquel en donde las prácticas
ilegales son las que afectan directamente el funcionamiento del Estado’’
(Mauro Paolo; 1995), es donde comenzamos a entender el papel de complicidad que
llevan a cabo los distintos actores sociales. Ignorar los hechos, no llevar a
cabo los protocolos de seguimiento correspondientes y apelar al ‘’bien común’’
para explicar los hechos de corrupción, son justamente elementos que intentan
justificar lo injustificable y que Bad
Education representa de forma muy acertada . Sobre el final de la historia
vemos a un Frank Tassone derrotado que intenta como último recurso justificarse
a base de banalidades, provocando la indignación de los pocos que estaban
dispuestos a ayudarlo y demostrandonos hasta dónde puede llegar una persona por
sus ansias de poder.
Como toda biopic, los
créditos finales vienen acompañados de un preludio explicando el presente que
deben enfrentar los involucrados en este evento en donde la indignación se hará
latente en todo el público por igual, pero no adelantaré mucho más así ese
sentimiento de impotencia puede ser más genuino por parte de cualquiera que
quiera ver esta obra a cargo de HBO.El comienzo y el final de la película comparten secuencias,
pero los contrastes entre ambas son clarísimos. Donde en una primera instancia
vemos a Frank desde una perspectiva amena y agradable, en la otra lo vemos
derrotado y patético, casi como su final. Y digo ‘’casi’’ porque si de algo nos
sirve este film, es para entender que los culpables no siempre pagan el precio
de sus mentiras.
Escrito por: Francisco
Rojas Lipuchesky.
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