
Presentada como una sátira histórica (‘’Los hechos históricos están ocasionalmente
incluidos’’ cita la presentación de cada capítulo) The Great se siente desde el inicio como
una curiosidad dentro del mundo del streaming. Traída a nosotrxs de la mano de Hulu, la
estética victoriana, la construcción de personajes y los detalles dentro de la estructura del
guión nos rememora de forma casi inmediata con una multi nominada a los Oscars como
fue ‘’The Favourite’’ de Yorgos Lanthimos (2018). Dicha comparación no es casualidad, ya
que el guión de ambas estuvo en manos de Tony Mcnamara, quien incluso obtuvo su
merecidísima nominación de parte de La Academia por el largometraje protagonizado por
Emma Stone.
Sin embargo, a medida que avanza la historia dentro de The Great se van haciendo claras
las principales diferencias con otros productos similares, dotando a la serie de una identidad
propia. La misma nos posiciona en el ascenso al poder de Catalina ‘’La Grande’’ (Elle
Fanning) como futura emperatriz de Rusia en pleno siglo XVIII y en cómo se irá formando
su matrimonio y posterior relación con Pedro III (Nicholas Hoult), el principal monarca del
imperio, a quien Catalina intentará derrocar mediante un Golpe de Estado.
Como anuncié anteriormente, la serie no se nutre de la exactitud en sus aspectos
conformantes de un ‘’relato histórico’’ porque precisamente no lo es; en la sátira y en la
comedia extravagante es en donde se posiciona la estructura de la obra. Los comentarios
machistas, las actitudes odiosas de sus personajes y una casi caricaturesca estética en
todo lo referido a la puesta en escena provocan una sensación de incomodidad y gracia en
cada relato y subrelato de la historia. De alguna u otra manera, las carcajadas están
aseguradas, al punto de que nada importa el poco rigor histórico con los que se trata a los
personajes o a las circunstancias que se narran.
Uno de sus principales atributos son las actuaciones y la construcción en torno a los
mismos personajes, que son por demás llamativos y variopintos. En lo referido a las
actuaciones principales; por un lado tenemos a Catalina, interpretada por una siempre
carismática Elle Fanning, que representa una primera instancia de inocencia a la hora de
presentarse ante su futuro marido, el emperador de Rusia (ella cree que es un hombre tierno y entregado a las causas nobles, al margen de sus malos chistes).

A medida que
avanza la historia, la
futura emperatriz irá
mostrando su lado
más combativo y
disruptivo en relación
a las medidas
opresoras del poder
que ejerce la corona
rusa con sus
habitantes, contando
para eso con el apoyo
de la iglesia y un
séquito de seguidores
que defienden las
políticas de Pedro a
capa y espada,
motivados
principalmente por el
miedo o el
aprovechamiento. En
el fondo, Catalina sueña con reformar Rusia a base de educación, igualdad entre los
habitantes y prosperidad territorial tomando las bases de la Ilustración como principal
influencia ideológica para conseguir sus tan añorados logros políticos.
A lo largo de la serie,
ella irá trazando alianzas con diferentes personas que la dotaran de un grado importante de
influencia para su posterior Golpe de Estado: Marial (Phoebe Fox), su principal doncella y
confidente que supo disfrutar de años de prosperidad como antigua cortesana; Orlo (Sacha
Dewan) un letrado y culto consejero de Pedro -a quien el mismo monarca se encarga de
degradar en cada oportunidad que se le presenta- con una base ideológica muy práctica y
el amante de Catalina contratado por el mismo emperador, Leon Voronsky (Sebastián de
Souza); ellxs serán sus más importantes aliadxs en esta primera etapa.
Del otro lado de la
vereda tenemos al mismo Pedro, el emperador de Rusia interpretado por un brillante
Nicholas Hoult, que viene a representar la cara más ridícula y temible del poder. Sus ideales
extremistas, los tratos hacia sus subordinados y un muy común machismo de la época -
llega a describir a su esposa como alguien ‘’débil de mente, pero con pechos firmes’’,
demostrando así sus verdaderas intenciones o carga de valor en ella- condensan un
personaje que es tan patético como peligroso. Entre sus tantos vicios carnales para con
todas las mujeres del reino y una particular importancia en cuestiones extremadamente
banales (cambiarle el nombre al mes de Julio a Peter, por ejemplo), se comienza a gestar
una poderosa ambición política y una determinación de hierro a la hora de darle forma a la
represión desmedida ejercida sobre cualquiera que atente con sus libertades individuales.
En su cabeza, todxs lxs habitantes del reino lo aman y estiman, pero ignora el hecho de que
tiene que aclarar en voz alta cada chiste que haga en presencia de otrxs que no entienden
su incómodo e irrespetuoso humor negro, por lo que es fácil engañarse con esta falsa idea
de que todo su sola presencia representa lo más patético del ser humano. Pero el momento
en el que no titubea en colgar a cualquiera que intente desafiar sus políticas y formas de
llevar su reinado o cuando no duda en planear el asesinato de su esposa, es en donde nos
damos cuenta que estamos en presencia de un mal que debe ser eliminado, tarea que
Catalina está dispuesta a cumplir por el bien de su ideal de nación.

El trabajo de producción (a cargo también de la misma Elle Fanning), la dirección y el
diseño del guión condecoran una de las mejores series que nos trajo el 2020 que, con el
reciente anuncio de que su segunda temporada está aprobada, se hace casi obligatorio
pasar por esta joyita de Hulu.
Los ritmos de la comedia, mezclados con momentos dramáticos extremadamente potentes
-hay circunstancias en los que pensas que hay líneas que la serie no va a cruzar y es eso
exactamente lo que hace- conforman una obra distinta y disruptiva, que disfruté del primer
al último minuto. Sin embargo, entiendo que es difícil recomendarla a cualquier tipo de
público que puede escapar ante esa sumatoria de elementos contextuales. De todos
modos, es menester decir que por lo menos merece una oportunidad.
Su prolongación se
limita a 10 capítulos de aproximadamente una hora cada uno y es ideal para maratonear.
The Great es, al margen de todo lo expresado, un estudio sobre las disputas de poder que
se nos presenta como una comedia disparatada con toques de dramatismo que se sienten
muy reales; en donde el desprecio hacia los más vulnerables, la humillación hacia la
oposición (interpretada acá claramente como la voz de la razón), el desprecio hacia las
mujeres al considerar que solo cumplen la función de traer hijos al reino de Rusia y una
condena absoluta hacia la educación de las masas, son aspectos que se ven contrapuestos
con la batalla ideológica que intenta llevar a cabo Catalina en su afán de condecorar un
Golpe de Estado, pero que encuentra su reflejo en nuestra propia realidad; se abandonaron
los castillos de este lado del mundo, pero no podemos asegurar haber avanzado mucho
más en todo lo demás.
Esta lucha de poderes se interpreta como la clave dentro de la
narrativa en The Great, en donde a menudo cuesta entender bien quién es el gato y a quién
le tocó ser el ratón.
Veremos qué nos depara la segunda temporada, pero en su primer round Hulu nos
recompensa con creces al traernos una de las mejores propuestas del año.
