Baby
Driver o Baby: El Aprendiz del Crimen (¿Por qué hacen eso con los títulos?) es
una película escrita y dirigida por Edward Wright (“Scott Pilgrim vs. The
World”, “Shaun of the Dead”, etc.) Y estrenada en el 2017. Voy a poner las
cartas sobre la mesa desde ya y decir que Baby Driver me parece fácilmente una de las
mejores películas de su año, así como una de mis favoritas.
Baby (Ansel Elgort) es un
conductor de escape criminal que de niño, a causa de un accidente, desarrolló un zumbido constante en los oídos y para ahogarlos escucha música prácticamente todo el tiempo. Su trabajo es transportar criminales y ladrones
reunidos por la mente maestra Doc (Kevin Spacey), con el propósito de pagar una deuda que
tiene por robarle un auto al mismo Doc hace ya algunos años.

Empecemos
con los actores y claramente por el protagonista de la cinta: Ansel Elgort.
Para quienes no lo ubiquen interpreta a Augustus en Bajo la Misma Estrella o a Caleb
Prior en la saga de Divergente entre otros papeles. Si bien sus anteriores
películas no son de mi agrado es en parte gracias a su actuación como Baby que
la película me gusta tanto, conecto con su auténtico amor por la música y la
química que posee con Deborah, interpretada por Lily James es increíble y adorable a partes iguales. Por el
lado de los criminales tenemos a Jamie Foxx, Elza Gonzales y a Jon Bernthal
dando actuaciones más que buenas y brillantes en todo momento que estén en pantalla. Pero si hay que resaltar a
alguien de entre todos los talentos aquí involucrados es a Jon Hamm, conocido por interpretar a Don Draper, el
protagonista de Mad Men y es simplemente lo mejor de lo mejor, podemos
empatizar con él, temerle, odiarlo y por sobre todo, amarlo. Simplemente son
actores de una calidad enorme y que brindan actuaciones espectaculares,
incluyendo a Kevin Spacey. Más adelante tocaremos ese tema.

Ahora
sí, el punto fuerte de la película y lo que la hace brillar: la música y las
escenas de acción. Es normal en este tipo de películas que el ritmo de la
música marque el movimiento, pero en Baby Driver esto se lleva a otro nivel. Cada
escena que involucre música (casi todas para ser honesto) están planeadas
perfectamente alrededor de la música y nada se desperdicia, ni el más mínimo
sonido o detalle. Prueben poner por encima una canción diferente a la de la
película y vean que no funciona ni por asomo, porque si no quedo claro, en esta
película primero vino la música y luego la imagen. Se puede ver lo metódico y a
la vez lo divertido que puede ser Edward Wright a la hora de dirigir, los
planos son rápidos pero están el tiempo suficiente como para no parecer
apresurados, está en un balance más que ideal. Y las canciones que usa son realmente
raras en su mayoría, no son del tipo que escucharía normalmente en una película
o por mí mismo, lo cual le da un toque de originalidad en cuanto a la banda
sonora refiere.
De
entre toda la película voy a destacar la primera escena que abre y nos
introduce a esta misma, una persecución policial que se sale de lo clásico que
podríamos ver en demás películas de acción y autos, como en Rápido y Furioso
por dar un ejemplo. En casi 6 minutos y sin ningún dialogo nos caracterizan de
forma perfecta a nuestro protagonista y a la película casi en tu totalidad. Y
me voy a tomar la libertad y el descaro de declarar que esta es una obra
maestra de la dirección y el montaje. Aunque así como elegí dicha escena para
mostrarles lo buena que es, bien pudo haber sido la siguiente a esta, en donde
Baby solo va a comprar cafés mientras disfruta de su música, pero todo alrededor de el está tan
cargado de detalles y simbología que hay que estar muy atento a todo el
escenario para apreciarlo en su totalidad.
Para
ser honesto no soy capaz de sacarle un punto débil, me parece una película
redonda que cierra con todo lo que tiene que cerrar y que no pasa por alto
ningún detalle. Pero quizás lo que menos destaque es el romance entre Baby y
Deborah y el segundo acto del film, acto el cual se centra precisamente en desarrollar la relación entre estos dos. Pero hay tanta química entre ellos que no
soy capaz de verlo como algo malo, funciona para lo que se quiere lograr y eso
ya me parece más que suficiente.

-Voy a
hacer un pequeño impase para hablar de forma breve sobre Kevin Spacey. Es obvio
que es un buen actor y lo mostró millones de veces en múltiples
interpretaciones, incluyendo esta, su penúltima actuación en el cine, y aunque
generalmente separo al actor de su vida privada todo tiene un límite, y ese
límite está en el mismo Spacey. Lo que quiero decir es que no cancelen una
película, una obra, serie o libros solo porque una persona realizo acciones
horribles, se desvaloriza el trabajo de todos los involucrados cuyo único
propósito es entretener y darnos buen contenido a causa de los errores de uno.-
En definitiva Baby Driver es una película
excelente, una donde hay que agradecer la existencia de camarógrafos y
montajistas capaces de llevarla a cabo y me hace tremendamente feliz que
Netflix la haya agregado a su catálogo, así no tengo que estar pirateándola con
tal de verla cuantas veces quiera. Y para los que no tengan Netflix y no sepan
donde verla, tuvieron toda una pandemia para aprender a usar Torrent. Ahora se
joden.
¿Deberían ver: Baby Driver? Por supuesto que si.
-Escrito por: Fabricio Viccini-