Todos escuchamos de
Bojack Horseman alguna vez, la serie furry de Netflix que causa depresión. Actualmente
es de las producciones más populares de la plataforma y se ha convertido en la
serie favorita de muchas personas, incluyéndome.
Durante el 2010 las series
animadas para adultos se vieron estancadas por un estilo en particular, o eran
como South Park o eran como Padre de Familia, ganaba la que impactaba más a la
audiencia con chistes y gags groseros, sexuales o sumamente inapropiados. Esto dio
un cambio con la llegada de Rick and Morty en 2013, que en el fondo tiene una
historia y los personajes evolucionan constantemente, para bien o para mal.
Fue en 2014 que llego
Bojack Horseman, creada por un comediante y guionista prácticamente desconocido
llamado Raphael Bob-Waksberg, quien se asoció con hombres y mujeres también
desconocidos pero que pensaran fuera de la caja, no querían hacer otro plagio
de Los Simpsons, querían contar una historia.
Bojack es un actor ya bastante
adulto cuyo mayor éxito fue una sitcom de los años 80-90. Desde un principio se
nos muestra que es un personaje roto y lleno de conflictos, alguien que se
emborracha recordando su época de oro y lamiéndose las heridas que le dejo su
complicada vida. Sus amistades son una parte importante de la serie, pues hacen
de protagonistas en ciertos capítulos y ayudan a Bojack a superar sus
conflictos, pero estos tampoco se salvan. Cada uno de los personajes
recurrentes de la serie sufre, y es miserable a su particular manera. Y voy a
dejar en claro que esta serie trata sobre las enfermedades mentales.
Como dije en el párrafo anterior,
todos en esta serie están rotos, todos sufren, aunque no lo parezca, y todos hacen
que las personas a su alrededor sufran de la misma manera. Es muy fácil
identificar que Bojack tiene depresión y que tiende a la autodestrucción. Pero,
eso no es todo, con el pasar de los capítulos y las temporadas, puede verse a
través del resto de los personajes la angustia que genera el estrés, la
ansiedad, la dependencia, el desconocimiento de la propia identidad y claro,
las adicciones.
Con todo esto, parece que sí
causa depresión, muchos incluso podrían pensar que es una serie destinada a
adolescentes emos que escuchan My Chemical Romance, pero no. Bojack Horseman es
una serie que trata temas sumamente delicados de forma brutal, de forma inteligente
y real pero sin olvidar la comedia y el humor, es una serie muy humana si ignoramos
que varios de los personajes son animales antropomórficos. No deja cosas a
medias y su mensaje final puede parecer simple, pero es una verdad inamovible,
y es que la vida sigue. No pretende contentarnos con mensajes y finales felices
de películas de Disney, es cruda e incluso cruel en algunos momentos, pero está
en un cambio constante y eso me parece algo increíble.
En su primera temporada quizás no
logre enamorar a todo el mundo, pero si le dan una oportunidad, van a descubrir
que tiene muchísimo para decir y para enseñar. Seguramente en unos años se
convertirá en una serie de culto y va a inspirar a otras personas a crear un
contenido distinto, cosas que tengan una historia que contar y un mensaje real,
uno que la sociedad actual quizás no quiere pero sí necesita escuchar.
¿Deberían ver Bojack Horseman? Por
supuesto que sí.
-Escrito por: Fabricio Viccini